La Boda, exposición pictórica de Ramón Pimentel




La boda es un acercamiento a la sátira incrédula, donde los personajes callejeros, en esta caso dos payasos, enlaza  con el tema cotidiano de la pareja. Busca una propuesta reflexiva pero que al mismo tiempo es capaz de activar la risa, sospechosa, cruel, tierna, jocosa, paradójica, haciendo uso del vínculo social cuestionando los valores, desde una reflexión estética visual muy contemporánea, donde sin compasión explora el humor como detonante de significaciones.
Esa risa, que retrata Ramón, genera, cuestiona, que parece surgir  como un  momento de placer y memoria, busca en la empatía (artista-espectador, así como en sus mismo personajes)  una catarsis que apabulla a la apatía. Surge el humor visual como un lugar tan necesario en la actualidad venezolana, donde las pirámides de los valores se invierten, reinventándonos un diálogo multidireccional, con el gesto como propuesta que vincula las distintas formas de la sociedad.



La exposición como técnica visual reúne diversos elementos expresivos: la pintura, el color, el graffiti, el gran formato, nociones teatrales fotografiadas en puesta escena. El reclamo que subyace está  sujeto a que no se trata de vivir en una falsa utopía, sino será el espectador capaz de recrear las obras partiendo de situaciones concretas, como una pareja dándose un beso, o la misma  señalando a alguien que es culpable pero que no sabemos de qué, la caminata al altar para ser bendecidos en la boda pero en vez de llevar un ramos de flores lleva un chupón de poceta,  darse las espaldas en tono de descontentos, son situaciones tragi-cómicas que buscan resaltar el instante.
El uso del color está sujeto a detalles cromáticos, de eventos lumínicos, sombras vibrantes, brillos saturados, fondos enriquecidos con lejanos grises, pinceladas rápidas, precisión en los detalles, pieles ruborizadas, rojos energéticos. Más allá de experimentación  con la materia y el formato grande, encontramos que en la construcción de los rostros hay expresiones, asombro, gestos, que generan un visión conceptual del tema donde lo aparentemente grotesco y lo sublime logran tocar a la felicidad y la alegría como impulso primario de los estados del alma.



El impacto social de la imagen y su lectura como hecho catártico de lo cotidiano, apunta hacia un espíritu hedonista. La boda de Ramón Pimentel, fusiona la pintura con distintos medio de expresión, como unidad agitadora de emociones, acciones que parece que efectuáramos en lo cotidiano y que a veces se escapan de lo real.

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