Joel Pacheco, visiones del vuelo
Si
hubiera un espacio en Barquisimeto donde los amantes de los pájaros se sentaran
a ver su desplazamiento y picotear la tierra, supongo que Joel Pacheco tendría
el primer puesto para ver el espectáculo.
Pacheco
ha proyectado su trabajo plástico desde el Nuevo Dibujo, término que usaron los
críticos de las artes por los años 1980. Sin embargo, no se ha quedado sólo con
ese lenguaje bidimensional sino que le ha dado forma a sus ideas desde lo
escultórico y el diseño. Hay en su duende creativo una búsqueda constante que
no ha permitido que se petrifique su técnica.
Willy
Aranguren fue uno de los críticos de arte que tuvo el ojo puesto en la obra de
Pacheco, y en un interesante texto escribió “sus aves se nutren de aspectos
subconscientes, cotidianos y hasta de sueños de su vida”, por ser un gran
dibujante ha permitido que exista dentro de una tradición que ha transcendido
la hoja en blanco, perteneciendo “al mundo de los picos, plumas, ojos, alas y
patas como Henry Bermúdez, Carmelo Niño, Carlo Lozano, Saúl Huerta, Frank
Cisneros”, junto a Mario Abreu se suma a ellos y aporta desde su visión una
poética definida hacia la ornitología en el arte contemporáneo venezolano.
De
aquella idea de los pájaros que partió con el dibujo, hoy día se apoya en los
lenguajes tridimensionales de la escultura, los ensamblajes, con en el uso de
materiales no convencionales: cabuyas, fique, sacos, palos, piedra… elementos
que van componiendo sus propios nidos. En “El Nido Azul” su taller, le ha
permitido experimentar con muchas otras técnicas, (dibujos, pinturas,
ensamblajes, esculturas) porque no tiene una fija, el mismo desarrollo del
trabajo le va abriendo otras posibilidades estéticas, que parten de las
aguadas, manchas, líneas y de ellas va construyendo texturas, volúmenes, formas, hasta generar la obra.
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