Panes caídos



El brazo estuvo pulsando la cámara. El muchacho filmaba d esde su celular a la abuela cuando se le cayeron los panes al cruzar la avenida. Ella no quería llegarle sin desayuno a sus nietos, y en un intento por rescatarlos se agachó desprevenida. A lo lejos venía un gandola cargada de caña de azúcar que había pasado con suerte tres semáforos en verde. La gandola tocó corneta a sus 100 metros. Ella miró su nuevo destino y se invocó a los santos.   


El camarógrafo divisó un zamuro que estaba mirando todo desde la pasarela. La galandola se acercaba. El zamuro abrió sus alas y despegó en vuelo. Faltaban escasos 20 metros y la abuela se hincó con los brazos al cielo. El zamuro la sujetó con el par de garras y la sacó volando de la avenida.

Aterrizaron en la acera cercana a la parada de autobus, donde estaba un grupo de personas mirando la escena incluyendo al videoaficionado. La abuela dándole gracias a Dios miró de nuevo hacia el cielo elevando sus dos brazos. 

El zamuro la miró a los ojos y le dio un certero picotazo en la aorta.

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