Sobre Triángulos Alterados, de Hwang Seoung

Del Chino Valera Mora rescato una frase que va algo como "La vida de uno es una inmensa alegría o una inmensa arrechera". Esta "micronovela" o "novela relámpago" como le escuché alguna vez a Luis -desde los inicios hasta las últimas páginas- recorre esa frase con fidelidad. Cada capítulo comprende un viaje: El realismo se amalgama con la rema, el frío del páramo y los helados de la Coromoto, mientras que los hilos de plata que unen a los tres protagonistas se pasean por toda Mérida como un viejo y nostálgico recuerdo, evocado a través de todos los lugares, amores, borracheras y guerras cauchas que en algún momento más romántico y fantástico -asumo- formaron parte de la misma vida de Luis. Personalmente, debo decir que el vicariar vidas ajenas es un placer del que disfruto celosamente. Pasar por los encuentros y desencuentros de Sara, Rodrigo y Ana Julieta a través de todos los capítulos de Triángulos Alterados supone atravesar el v...